A propósito de la rendición de cuentas

La memoria puede fallar pero quizá es la primera vez que un alcalde de Soacha cancela su ejercicio de rendición de cuentas. Para unos se trata de un fracaso por la pésima convocatoria y la incredulidad que hay en el gobierno, pero en cambio otros piensan que es un acto de gallardía al reconocer que sin público no vale la pena compartir lo que se ha hecho en año y medio de administración.


Independientemente de la razón y las explicaciones, de lo que piense la gente y de la reacción del alcalde Eleázar González al anunciar que cancelaría los dos ejercicios previstos para las comunas dos, tres, cuatro y cinco, sí se observa una falta de convocatoria y organización para garantizar que los habitantes de Soacha hayan asistido al auditorio de la Universidad de Cundinamarca.

En este medio se ha advertido en repetidas ocasiones que la estrategia de imagen y convocatoria de la actual administración hay que revisarla. No se puede pretender que sólo por redes sociales y la página web de la alcaldía se haga la divulgación de los eventos, y menos creer que toda la población accede a estos medios, porque no hay que recordar que los sitios oficiales gozan de desprestigio e incredulidad; tampoco es secreto decir que hay desconfianza porque el gobierno no ha mostrado hechos contundentes y si bien se le valora al actual alcalde su personalidad y don de gente, también se le cuestiona la falta de carácter para gobernar.

Pero volviendo al tema de la estrategia, si se quería hacer la rendición de cuentas por comuna y corregimiento, los funcionarios y el mismo alcalde debieron ir hasta cada sector a contarle a la gente qué se ha hecho y qué falta por hacer de acuerdo a lo proyectado. Error grande cuando se escogió un solo lugar y se dividió el ejercicio por momentos; en este caso, se debió seleccionar un sitio más amplio para haber invitado a todos los habitantes del municipio alrededor de una sola convocatoria. Claro que también y para contar con buena asistencia, había que coordinar con los presidentes de junta, ediles y líderes, además de garantizar transporte desde y hacia los sectores aislados del centro de la ciudad.

No es ser ave de mal agüero pero lo de este domingo fue un mal presagio para el actual gobierno. Muchos pueden interpretar la cancelación de la rendición de cuentas como un fracaso del alcalde y sus funcionarios, producto de la desconfianza, la incredulidad y la apatía que siente un sector de la población hacia la administración municipal. No estoy diciendo que sea así, pero queda el sinsabor y el resultado se presta para que algunos comenten y saquen a flote sus pasiones.

Un alcalde que fue elegido por cerca de 50 mil ciudadanos no se puede dar el lujo de fracasar a la hora de convocar a los habitantes para rendir cuentas. Hay que revisar con lupa qué pasó y por qué la gente no asistió; es vergonzoso que hubiera más funcionarios que líderes y habitantes, y más cuando se dice que el profe le cae muy bien a “todo el mundo”.

Escribiendo estas letras viene a la memoria ejercicios similares convocados por alcaldes que verdaderamente fueron un fracaso, pero su estrategia, experticia y capacidad de amarrar la asistencia pudieron más que su simpatía y resultados, aunque al fin y al cabo nunca tuvieron que cancelar un evento de estos por falta de público.

Ojalá se revise sinceramente la estrategia de imagen del alcalde y sus funcionarios, y se entienda que una cosa es lo que le dicen al oído tres o cuatro personas, y otra muy distinta la que piensa la gente en las calles, en los barrios, en las comunas y en los corregimientos.

Que la gente no haya asistido al auditorio de la Udec es un campanazo para revisar lo que está pasando en esta administración, tener en cuenta lo que los ciudadanos de a pie expresan en los barrios y sus calles, ponerle mucho cuidado a problemas que están atrapando a la ciudad como la inseguridad, la invasión al espacio público, el alto consumo y venta de estupefacientes, la pésima estética por el lamentable estado de las vías y la falta de acciones contundentes que demuestren obras y desarrollo.

Claro, hay que abonar que como educador el “Profe” quiera darle relevancia a campañas de cultura ciudadana y educar a la gente para que en cuatro, cinco o diez años el municipio tenga ciudadanos comprometidos y consientes, pero eso debe ir de la mano con obras y acciones contundentes orientadas con rigor para que la administración se vea como una sola.

Por ahora es bueno que se evalúe si vale la pena seguir saliendo todos los días por un medio televisivo local-regional a decir cualquier cosa, o es mejor parar, analizar, replantear y reorientar la estrategia mediática y de imagen, para que cuando se salga a medios sea a convencer a los ciudadanos que las cosas se están haciendo bien.

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp