Así la única iglesia de los Caballeros de la Virgen en Colombia

A pocos minutos del centro de Tocancipá, en medio del campo, se observa una gran iglesia detonos blancos, grises y crema. Su interior, de estilo gótico policromado, revela uno de los lugares más bonitos que se pueden visitar en la región. Se trata de la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, construida por los Heraldos del Evangelio a quienes se les conoce popularmente como Caballeros de la Virgen.


Esta comunidad religiosa, originaria de Brasil, llegó a Colombia en la década de los ochenta. Su fundador, monseñor João Scognamiglio Clá Dias, ha visitado varias veces el país y respeta mucho la fe del colombiano. Por eso quiso que se construyera aquí una iglesia de su comunidad. Él mismo trabajó en el diseño de la edificación y dirigió la obra desde Brasil, mientras que un hermano colombiano ejecutaba el proyecto con un grupo de arquitectos e ingenieros. La construcción tomó diez años. Se comenzó con poco, con ahorros, con el tiempo se fueron consiguiendo donaciones y se pudo avanzar con el proyecto, hasta que finalmente la iglesia fue terminada el 8 de agosto de 2015.

Su estilo fue pensado para que las celebraciones litúrgicas se celebren con esplendor, con la mayor perfección. Los arcos ojivales cubren todos los rincones de la iglesia, dan una sensación de verticalidad y obligan a que las personas eleven la mirada en dirección al cielo. Los vitrales, la gama de colores sólidos y el diseño de las entradas de luz natural producen un gran impacto estético. Y las eucaristías que allí se realizan son acompañadas por un coro polifónico y uno gregoriano, lo que agrega valor a la experiencia desde el punto de vista musical.

Hoy día, esta iglesia recibe a devotos de todas las regiones del país que quieren apreciar la belleza de su diseño y tener un momento de recogimiento. El 2017, año del centenario de las apariciones de Fátima, y de acuerdo con la indulgencia especial de la Iglesia, es un tiempo ideal para visitar este santuario. Las eucaristías se realizan los sábados al mediodía y los domingos a las diez de la mañana, las doce del día y las cuatro de la tarde, horas en las que siempre hay sacerdotes disponibles para prestar el sacramento de la confesión. Quienes no puedan desplazarse hasta la iglesia pueden seguir la primera misa del domingo por streaming, a través del grupo de Facebook Caballeros de la Virgen.

Fuente: Semana

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