Cifras de inseguridad en Soacha siguen disparadas

No es necesario acudir a cifras para darse cuenta de los niveles de inseguridad que vive la ciudad más poblada de Cundinamarca y la sexta del país. Los 216 casos de homicidios reportados por Medicina Legal en 2013 y las 122 muertes violentas registradas en Soacha entre enero y julio de 2014, hablan de la cruda realidad que enfrenta el municipio.


Soacha es la ciudad de los desplazados, no solo de la violencia generada por grupos armados ilegales en otros municipios del país, sino por el mismo Estado al forzar a campesinos y pobladores de regiones remotas a trasladarse al centro del territorio nacional en busca de otras oportunidades de vida.

El precio de la tierra, su cercanía a la capital y la instalación de entidades de ayuda y apoyo como la UAO, Familias en Acción y Red Juntos, y ahora la construcción de la Unidad de Atención a Víctimas, son factores que atraen a familias enteras hacia el territorio municipal.

Y como si fuera poco, la construcción de 160 mil viviendas nuevas a precios bajos en comparación con el metro cuadrado en Bogotá, terminó por ‘inundar’ de habitantes esta ciudad y ahora sus destruidas calles parecen “un panal de abejas o una camada de hormigas” por la cantidad de gente que transita por ellas.

La elevada cifra de personas que ha llegado a la ciudad, procedente de casi todas las regiones del territorio nacional, pero sobre todo familias con necesidades y problemas de todo tipo, son factores que han aprovechado las bandas delincuenciales para atraer a niños y jóvenes a pandillas y redes de distribución y consumo de estupefacientes.

Ahora es normal que en cualquier esquina de la ciudad vendan drogas ilícitas y los menores de edad roben y atraquen incesantemente sin que las autoridades tengan los suficientes elementos y uniformados para enfrentar tan delicada situación.

“Todos los días y a toda hora atracan por aquí. Cada nada ve uno muchachos en bicicleta o motos quitándole el celular a la gente o robándole las joyas o el bolso a las mujeres, la verdad como que uno se acostumbra a eso”, dijo un comerciante de la calle 15 que pidió omitir su nombre.

Si bien es cierto las autoridades municipales han venido trabajando en la implementación de herramientas y estrategias para atacar el delito, nada será suficiente en Soacha por la cantidad de pobladores de estratos bajos que llegan diariamente a la ciudad. Los radios de seguridad suministrados por la Alcaldía Municipal a los líderes comunales, las alarmas comunitarias que se están instalando en los barrios, las motocicletas y camionetas gestionadas desde la administración municipal y entregadas recientemente, las cámaras de seguridad, el nuevo sistema a través de Google, el incremento en el número de cuadrantes y la llegada de más uniformados, son aspectos que ayudan pero que jamás serán suficientes mientras la ciudad siga creciendo al ritmo tan acelerado que lo ha hecho en los últimos dos años.

Según cifras del Instituto de Medicina Legal, en 2013 Soacha fue la ciudad más violenta del departamento y una de las que más registró homicidios en el país.
De los 14.294 homicidios reportados en Colombia, 504 se presentaron en Cundinamarca y 216 en Soacha, es decir, éste solo municipio aportó prácticamente la mitad de las muertes violentas de todo el departamento.

Según Medicina Legal, Soacha tuvo más homicidios que grandes capitales como Pereira (183 casos), Neiva (137), Bucaramanga (132), Manizales (125), Valledupar (106), Armenia (97), Ibagué (95), Popayán (81) y Tunja (14). Además, en Cundinamarca la ventaja con el segundo municipio es asombrosa. Mientras que Soacha tuvo 216 muertes violentas, Girardot tuvo 28, Fusagasugá 25, Guaduas 14 y Funza 12.

Un factor importante en las estadísticas es el número de uniformados asignados a la ciudad. Según cifras suministradas recientemente por las autoridades municipales, en este momento el municipio cuenta con alrededor de 600 uniformados, incluyendo las diferentes especialidades como Sijin, Sipol, Infancia, turismo, etc.

Como en el municipio no hay un dato real del número de personas que viven en el casco urbano, es difícil precisar una relación de policía/habitante. Sin embargo, si la operación se hace por datos Dane, la ciudad tiene un policía por cada mil habitantes; no obstante, si la cuenta se hace sobre un millón de personas (cifra que muchos dicen tiene Soacha), la ciudad tendría 1 policía por cada 1.660 habitantes.

Pero independientemente de la cantidad de uniformados, lo que sí es real es que las cifras de inseguridad son cada día más alarmantes y muchos de los habitantes de bien que residen desde hace varios años en la ciudad, han preferido marcharse por considerar que Soacha se volvió invivible en todo sentido.

“La verdad yo decidí en mayo pasado irme a vivir a Bogotá. El desplazamiento por la autopista es lo peor, en todo lado roban, el espacio público está totalmente invadido, no hay parques, colegios, tenemos un solo hospital, en fin, esto es un caos; mucho desorden y demasiada inseguridad. Y lo triste es que los desplazados del país nos desplazaron a nosotros”, dijo Miguel Ángel Cantor, un soachuno que se marchó con su esposa y sus dos hijos a la capital.

Y como él, son muchas las personas y familias que están pensando lo mismo. Marcharse de una ciudad que hasta hace poco “les dio todo, pero que ahora les quitó todo”: su tranquilidad, su seguridad, sus oportunidades y hasta sus calles y parques por donde caminar.

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