Competencia olímpica

En este momento se están desarrollando los juegos olímpicos de invierno en PyeongChang Corea del Sur, sin duda un despliegue de tecnología y talento, con diferentes disciplinas deportivas. Desde siempre el patinaje artístico ha sido mi favorito, para mi representaba la perfección, es increíble lo que puede hacer el cuerpo con disciplina y entrenamiento pero esta vez, gracias a youtube, puede ver algo que imaginé nunca ocurría en estos certámenes, las caídas.


Durante el desarrollo de una maniobra en pareja la mujer cayó una y otra vez, su compañero apoyándola seguía adelante con la rutina y ella conservaba la sonrisa, mantenían el buen ánimo y lo seguían intentando aun cuando parecía imposible lograr el tan anhelado salto. No podía dejar de contemplar la fortaleza en su mirada, terminaron cual si hubiera sido la mejor presentación de sus vidas, a pesar de las fuertes apreciaciones de los comentaristas.

Evidentemente, esta pareja no fue la finalista, como youtube orienta los contenidos pude ver una serie de caídas en diferentes certámenes, entre ellas, una reciente de una mujer que quedó en topless y siguió hasta lograr la plata.

No sé en qué momento la perfección anuló el derecho a caerse e ignoró la belleza y el arte que hay al levantarse. Tener el nivel de un competidor olímpico no significa no fallar, es mantenerse y no desistir, representa que nuestro espíritu ha logrado la fortaleza suficiente para saber que una competencia no nos definirá, que llegaran otros espacios donde podremos girar sin caer, lo que cuenta es seguir sin desistir.

Muchas de las medallas que se reciben hoy tienen como antecedentes duros golpes recibidos por los participantes, quienes insistieron hasta lograrlo.

En estos juegos me encontré con los miedos que no dejan avanzar por temor a caer, con esas cargas que imponen NO FALLAR después de ciertas etapas de la vida, con ese rótulo de fracaso impuesto porque no se cumple con lo que otros esperan, me encontré conmigo, con el único ser con el que viviré el resto de mi vida y que mientras exista no desistirá de alcanzar la meta y que si cae nadie más que yo misma tendrá la fuerza de levantarlo, soy con la competidora de mi propia vida.

De igual forma me encontré con un país, con sus miedos, excusas y comentarios, a la… el “castrochavismo” de Venezuela, este país solo depende de nosotros mismos y si se cae, no le quedará otra más que levantarse.

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp