De sedentarios a nómadas: Recorriendo las huellas del pasado

Suacha ha sido testigo del pasar del tiempo y de los avatares que este contiene, sin embargo, hombres y mujeres que han pisado estas tierras en sus diferentes épocas también han dejado su marca plasmada en diferentes formas y lugares dentro de este vasto territorio. Suacha es una tierra que va más allá de las canteras, las urbanizaciones y las calles para convertirse en un territorio que puede ofrecer experiencias insospechadas y aprendizajes que en ocasiones permiten el desprendimiento de otros obsoletos y no tan significativos.


Es así que Canoas aparece como uno de esos lugares enigmáticos e insospechados cuyos primeros habitantes vivieron en este sitio hace más de 8000 años. Canoas es un lugar que invita al caminante a interrogarlo y sentirlo con la mirada y con el corazón. Parece que el tiempo no pasa por aquellas montañas y que con el transitar del camino, labrado entre las montañas y las piedras se estuvieran recordando los pasos que lo pisaron desde tiempos inmemorables, pasando por los primeros nómadas que buscaban de manera fortuita el alimento (y que después con el transcurrir de los siglos se asentarían de forma permanente allí), hasta el campesino mestizo que labraba la tierra para el sustento propio y el de las grandes haciendas que desde la llegada del español han existido en aquel lugar.

Canoas es un lugar místico que seguramente tiene muchas historias que contar, y que éstas se pueden sospechar al contemplar las piedras y ver las pinturas prehispánicas que inscritas en las rocas están, pero también desde lo alto de las colinas se divisa la ciudad que de manera constante devora la sabana y las montañas del oriente. Soacha se erige como una mancha que paulatinamente va absorbiendo el territorio, pero también va consumiendo lo poco que del pasado se conserva en el municipio, como los son los casos de las haciendas coloniales que se dejan caer y también de aquellos lugares de origen ancestral y ambiental.

Canoas es uno de los lugares que mejor conservado tiene el municipio (aclarando que esto no se debe al implemento de algún tipo de política local que propenda por la conservación de este sitio), pero también igualmente amenazado por la “modernidad” que de manera abrupta ha llegado a nuestro territorio. Sería una verdadera lástima no solo para el municipio sino para el departamento que tuviera que afrontar el mismo destino que afronta actualmente San Mateo. Hemos sido testigos de lo enriquecedor de este mágico lugar que a veces da la impresión de que el tiempo pasa en otros sitios menos allí, parece que fuera una cápsula del tiempo en la que aquellas montañas se mantienen inertes con el trasegar de los siglos.

En las ocasiones que he tenido la oportunidad de visitar Canoas con diferentes grupos, en especial con estudiantes, los abrigos rocosos que sirvieron de vivienda para los primeros pobladores también han sido nuestro abrigo, aquella casona abandonada también ha sido nuestro hogar, dando la posibilidad de experimentar en cierta medida el modo de vida de los que constantemente han hecho presencia allí.

El camino me ha brindado la posibilidad de construir experiencias enriquecedoras junto con los que he estado, dándonos indicios de lo que pudo haber sido este territorio en el pasado y que ahora en el presente estamos en la obligación de proteger y reconocer; Canoas preserva las huellas de un pasado que siempre está ahí para nosotros y para el que quiera investigarlo y transitarlo. Es de vital importancia dejar el sedentarismo que en muchas ocasiones nos invade y salir a recorrer este gran territorio que se convierte en una de las mejores experiencias de aprendizaje.

Para los jóvenes, en especial los estudiantes de nuestras instituciones educativas a modo de conclusión, les quiero decir que es necesario dejar el sedentarismo que nos ofrece una educación tradicional y encasillada bajo las líneas del tablero y los cuadernos, necesitamos ser nómadas dentro del camino del conocimiento dejando atrás aquellos que no cultiva nuestro pensar. ¡Seamos nómadas y recorramos las huellas del pasado! ¡Seamos nómadas reconociendo y SENTIPENSANDO el territorio de Suacha!

Julio César Guasca
Suacha, Memoria, Identidad y Territorio.

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