EPM reporta avances en proyecto Nueva Esperanza

Pese a los cuestionamientos ambientales realizados al proyecto, este avanza en diferentes municipios del Departamento. Los contratistas informan que la propuesta ha generado cerca de 170 empleos, en su mayoría asignados a habitantes de la región.


Inició el primero de los tres tramos de la línea a 230 mil voltios en algunas veredas de los municipios de Ubalá, Gachalá, Gama y Junín, en la zona del Guavio, Cundinamarca, comenzó en firme la construcción del proyecto de trasmisión de energía eléctrica Nueva Esperanza, que se espere aumente la capacidad de transporte y la confiabilidad del sistema eléctrico que abastece los departamentos de Cundinamarca, incluida Bogotá, junto con Meta, Guaviare y Norte del Tolima, beneficiando a más de 12 millones de colombianos de la región Centro Oriental del país.

Empresas Públicas de Medellín quien ejecuta el proyecto, reportó que las obras de la línea a 230 mil voltios están a cargo de la Unión Temporal Nueva Esperanza, integrada por las firmas Eléctricas de Medellín Ingeniería y Servicios, Unión Eléctrica e Instelec.

El Gerente General de EPM, Juan Esteban Calle Restrepo, indicó: «Estamos haciendo todos los esfuerzos a nuestro alcance y tenemos todo el compromiso para poder cumplirle al país con este proyecto, pues sabemos de su importancia para toda esta región que de otra manera se vería muy afectada y en riesgo de apagones si no entra en operación a finales de 2015».

Nueva Esperanza consiste básicamente en la construcción de una subestación de energía en el municipio de Soacha, interconectada mediante una línea a 230 mil voltios con la subestación Guavio, en el municipio de Ubalá, y mediante una línea a 500 mil voltios con la subestación Bacatá, en el municipio de Tenjo.

En un trayecto de 148 km, la línea de transmisión a 230 mil voltios cruzará puntualmente por 14 municipios y dos localidades de Cundinamarca, mientras que la línea a 500 mil voltios recorrerá 45.54 kilómetros por predios de siete municipios de ese departamento.

Las licencias ambientales para ambas líneas, otorgadas por la Autoridad Nacional de Licencias, quedaron en firme en enero de este año, luego de un complejo proceso iniciado en 2010.

En su apuesta por contribuir a la construcción de territorios sostenibles y competitivos, EPM se vinculará al desarrollo de las veredas por las cuales cruza la línea a 230 mil voltios, con obras y acciones relacionadas con su objeto social, lideradas por la Fundación EPM, uno de los vehículos que utiliza la organización para materializar su política de responsabilidad social empresarial.

Esta vinculación será acordada con las administraciones municipales, las comunidades y los líderes, en mesas de concertación como las realizadas en los municipios de Chipaque, Gachalá, Choachí, Gama y Junín.

En cuanto a la línea de 500.000 voltios, avanzan los acercamientos con los alcaldes, personeros y líderes de los siete municipios por los cuales ella cruza, con el fin de socializar la licencia y el plan de manejo ambiental.

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