Estaciones de Transmilenio no son seguras

De muy poco sirve que las estaciones de Transmilenio estén diseñadas para proteger a los usuarios y que muchos respeten todo el protocolo planeado para prestar un buen servicio. . Ahora se volvió costumbre tener abiertas las puertas de ingreso y salida de los articulados, situación que es aprovechada por la inmensa cantidad de personas que no conocen las normas de cultura ciudadana.


En Soacha y en muchas estaciones de Bogotá es normal ver a toda hora las puertas del sistema abiertas, situación que representa un peligro y una amenaza latente para los usuarios, no solo por la imprudencia de quienes ingresan y salen por allí, sino porque se está volviendo costumbre que sea la mejor ruta de escape para los ladrones.

“Hace unos quince días yo me encontraba como a las 9:30 p.m. en Venecia esperando el G43 y la verdad la estación estaba muy sola. Habían dos muchachos y yo creí que también estaban esperando el Transmilenio, todas las puertas estaban abiertas y el frío era terrible, cuando de repente escuché unos gritos. Miré y esos mismos jóvenes le raparon el celular a una señora y salieron sin problema de la estación, todo por tener esas benditas puertas abiertas”, explicó Rosa Salazar, usuario del sistema y residente en Soacha.

“Esas puertas permanecen abiertas a toda hora, uno ve que mucha gente sale y entra por ahí y nadie dice nada, ni la Policía ni el personal de Transmilenio. Aquí en San Mateo han robado gente dentro de las estaciones y se escapan por las puertas que se supone son sólo para subir y bajar del bus”, dijo Hernando González, habitante de León XIII y usuario del sistema.

Y como ellos, muchos rechazan la imprudencia de la gente que no respeta las rutas de ingreso y salida del sistema, pero cuestionen aún más a Transmilenio por permitir que las puertas permanezcan abiertas a toda hora. “Que yo sepa se están llevando de Soacha como 120 millones de pesos diarios y es inaceptable que no tengan para arreglar esas puertas. No sé qué es lo que pasa pero a toda hora uno las ve abiertas”, añadió Rosa Inés Puentes, residente de San Mateo.

Y no es para menos que los usuarios estén inconformes. Si se paga un pasaje más caro que en el transporte convencional, se supone que es para recibir un mejor servicio y obtener mayor seguridad. Por lo menos esto último es lo que el sistema le vende a la comunidad, pero parece que al sistema sólo le interesa recibir el valor del pasaje de cada persona que utiliza el servicio, pero de invertir, no mucho.

“Eso sucede más que todo en Soacha, aunque en Bogotá ahora pasa lo mismo. La gente se para al borde de la estación y las puertas permanecen abiertas a toda hora, situación que representa un riesgo grande, no sólo para que lo roben a uno, sino para que se presente un accidente grave”, sostuvo Iván Darío Medina.

Lo cierto es que ahora pareciera que la política del sistema fuera permanecer con las puertas abiertas porque Transmilenio no hace nada para corregir la irregularidad. En cambio, los delincuentes se aprovechan de la situación para ingresar a las estaciones y estudiar detenidamente a cada usuario para perpetrar robos y salir sin problema.

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