Luz Marina Bernal, desde Soacha hasta Cuba representando las víctimas

Una de las madres líderes del caso de los denominados ‘Falsos Positivos de Soacha’ hace parte de la comisión de víctimas del conflicto armado en Colombia, llegó a Cuba desde el viernes pasado y junto a otras 59 víctimas, participará en los diálogos de paz.


Un primer grupo de víctimas del conflicto armado en Colombia, viajó este viernes a Cuba para dar testimonio como parte del proceso de paz entre el gobierno y las Farc. Las víctimas ha sido uno de los temas más debatidos y polémicos del proceso de paz.

«Es un paso de inmensa transcendencia que nunca se había dado y que tiene toda la lógica del mundo, si lo que queremos, como lo hemos manifestado tantas veces, (es) que las víctimas sean el centro de la solución del conflicto», dijo el presidente Juan Manuel Santos durante la presentación de un estudio sobre la reconciliación de los colombianos.

En este primer grupo de 12 de las 60 víctimas que participarán en la mesa de diálogos de La Habana hay afectados por las Farc, pero también por agentes del Estado y de paramilitares. «Se trata de un grupo muy diverso. Pero todos comparten el deseo de compartir el dolor que sufrieron para que otros no tengan que pasar por algo parecido», dijo Fabrizio Hochschild, coordinador residente de la ONU en Colombia.

Hochschild destacó además que «no se debe olvidar que lo que se está haciendo en Colombia es realmente histórico. Único en el mundo». El grupo dio este sábado su testimonio en el marco de las conversaciones que se adelantan en La Habana desde noviembre de 2012.

Para la escogencia primaron los criterios de «equilibrio para reflejar el universo de víctimas», explicaron delegados de la ONU, la Universidad Nacional y la Iglesia Católica, a quienes la mesa negociadora encomendó esta tarea. Pero para algunos en Colombia la delegación debería estar compuesta exclusivamente por víctimas de las Farc.

«Solo cuatro de las 12 víctimas de este primer grupo que va a Cuba son de las Farc, así la guerrilla diluye y evade su responsabilidad», señaló en Twitter Alfredo Rangel senador del Centro Democrático. Santos, por su parte, defendió los criterios de selección. «Si queremos paz en este país no podemos comenzar a segmentar, solamente estas víctimas, o estas víctimas no. El conflicto es uno y la solución al conflicto es una. Y por eso se debe escuchar a todas las víctimas», dijo el mandatario.

Para Christian Voelkel, del centro de análisis International Crisis Group, este era un debate inevitable. «La crítica es un discurso político que era inevitable en Colombia, pero es importante que las víctimas no se dejen juzgar», señaló el experto, quien recordó en el conflicto armado muchas veces la población ha sufrido ataques de más de un actor, por lo que se ha producido una «doble victimización». Si se crea una comisión de la verdad, ésta debe abordar la violencia de todos los actores, apuntó por su parte Ariel Ávila, politólogo de la ONG Fundación Paz y Reconciliación.

La delegación recibirá asistencia psicológica en caso de requerirla y cuenta con la participación de Constanza Turbay, familiar de varios políticos asesinados por las Farc; Ángela María Giraldo, hermana de Francisco Javier Giraldo, diputado secuestrado y ejecutado por ese grupo insurgente; Nelly González, desplazada y madre de un comandante de policía asesinado por guerrilleros.

Además, está Leyner Palacios, líder de los familiares de las víctimas de una masacre que dejó 79 muertos por un ataque de las Farc en un enfrentamiento con paramilitares; y Jorge Vásquez, un exconcejal desplazado por amenazas y hostigamientos de las Farc. Está también Débora Barros, una indígena wayúu cuya familia fue asesinada por paramilitares en La Guajira en 2004, y Jaime Peña, padre de un joven asesinado junto a otras 31 personas en 1998 por grupos armados de derecha. Entre las víctimas de agentes estatales fueron elegidos Alfonso Mora León, padre de un miliciano de las Farc secuestrado, torturado y asesinado en 1996; Yaneth Bautista, hermana de Nidia Érika Bautista, militante de la guerrilla del M-19 desaparecida en 1987; y José Antequera, cuyo padre, dirigente del partido de izquierda Unión Patriótica, fue asesinado en 1989.

Fuente: La nación.com

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