Garaje Olimpo

Con el título de este artículo pretendo en primera instancia rendir un sentido homenaje a las víctimas de las dictaduras latinoamericanas y de igual forma abrir la discusión sobre le política de represión que está implementando, de forma nada soterrada, el gobierno de Juan Manuel Santos; claro, respondiendo a la política de seguridad que heredó y ayudó a construir durante los ocho peores años que ha sufrido Colombia y su pueblo.


Es importante aclarar que Garaje Olimpo es una película que se estrenó en el año 1999 y narra las torturas y vejámenes que sufren activistas políticos retenidos bajo la dictadura militar en Argentina, un lugar ubicado en Buenos Aires y que representa la maldad que logra concentrar el poderío militar y castrense.

Hoy cuándo el mundo socialista, marxista y comunista conmemora el fatídico derrocamiento y asesinato de Salvador Allende y la posterior dictadura de Pinochet, aquel a quien el mundo entero rechaza y denigra; es importante para la sociedad darse un respiro y cuestionarse si eso que llaman democracia es realmente un ejercicio de libertades y derechos o tan solo es un sofisma para permitir que algunos hagan lo que les venga en gana sobre un pueblo sumiso, oprimido y sin memoria.

Podríamos durar días enteros enumerando los aciertos en el discurso y en la práctica de Allende, y de la misma forma podríamos estar días refiriendo las atrocidades que ha sufrido el pueblo latinoamericano por culpa de las dictaduras, las reconocidas por su cabeza militar y las impuestas en las urnas, bajo los engaños de una supuesta democracia. Pero creo que no vale la pena ni los elogios ni la lástima.

Pero para poder hablar del tema que en la actualidad realmente me preocupa debo entrar a cuestionar es la situación que ha venido adelantando el gobierno de Santos, primero fue la Ley de Convivencia Ciudadana; que presenta como terrorista y bandolero a todo aquel que se atreva a cuestionar públicamente las políticas neoliberales que han venido implementando los gobiernos nacionales, desde la época de Gaviria.

Y hoy el ministro estrella, aquel que pretende que el pueblo colombiano se levante con la primera diana de la mañana y le responda al mando militar poniéndose firme y extendiendo su brazo y mano derecha al frente en símbolo de respeto y obediencia, informó que además de los señalamientos a los campesinos de ser miembros de la guerrilla y desconocer que las Bacrim, que no son más que paramilitares que se cambiaron de nombre para seguir delinquiendo, ahora atacan las ciudades tras la desfachatez que hizo Uribe con una supuesta desmovilización de las AUC, pues el Gobierno Nacional de Santos el sucesor de Uribe propone que todo aquel que bloquee una vía sea llevado a la cárcel y si este lleva algo que oculte su rostro pues las consecuencias podrían ser tenebrosas para aquellos que indignados que levanten su voz en contra de un gobierno que ha demostrado que es ‘buchipluma’ no más.

Sí señores y señoras, ahora la protesta la criminalizó el señor Santos, ese mismo que dice que Paro no hay, ese que dice que los estudiantes infiltraron las marchas, ese que dice que el pueblo indignado es un puñado de guerrilleros. Ese mismo ahora pretende mandar a la cárcel a todo aquel que intente levantarse al régimen dictatorial que reina desde el año 2002.

La sociedad colombiana tiene dos salidas, una y la más fácil es quedarse callado ante los atentados a las libertades que este señor y su séquito de áulicos pretenden imponerle al pueblo colombiano, mientras sigue firmando tratados de libre comercio, subiéndole a la gasolina, condecorando policías cómplices de asesinatos y por supuesto cebando la ignorancia en campos y ciudades llevando cada vez más educación de baja calidad; y menos y peor servicio de salud.

Y la otra salida, la que requiere recuperar la dignidad y que necesita de hombres y mujeres sin miedos, pero que es la más bonita, es convocarnos todos y todas los que aún nos sonrojamos con lo que pasa en el país, los y las que sentimos que tenemos y merecemos una última oportunidad; los y las que soñamos con un mañana de esperanza, parafraseando a Ruben Blades; mirarnos a los ojos, salir a las calles y sin miedo gritarnos las verdades, como diría el viejo Benedetti.

Gritarle a Santos que sus amenazas no nos intimidan y que mientras la arrogancia gubernamental pretenda acallar las voces del pueblo, las calles se llenaran de almas que exigirán sus derechos.

Bueno, pero tengamos en cuenta que siempre en cada dictadura, así sea lograda en las urnas, hay un Garaje Olimpo.

Addenda: No olvidar que en las elecciones del próximo año también debemos castigar a esos políticos corruptos y que apoyaron las acciones contra el pueblo colombiano.

@gabobenavidesb
Gabriel.benavides@etb.net.co

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