Grave conflicto social en San Carlos por pago de administración

Los problemas de convivencia, el no pago de administración por parte de algunos residentes y la falta de conciencia comunitaria de otros, hacen de San Carlos un sector complicado para vivir y en donde los problemas agudizan una crisis económica y social cada vez más difícil de superar.


Y es que este sector de la comuna seis últimamente se ha caracterizado no precisamente por aspectos positivos, sino por el contrario, por ser un sitio inseguro y en el que se mezcla una gran cantidad de problemáticas sociales que imposibilita a la mayoría de sus residentes a vivir tranquilos y permanecer con un miedo constante debido a la presencia de delincuentes y consumidores de droga que pululan allí.

Sin duda alguna, uno de los mayores inconvenientes que se presentan en este conjunto residencial es la división interna que se vive en su interior. Mientras buena parte de sus habitantes claman porque se impida el levantamiento de las cercas que bordean los apartamentos, otros piden a gritos que sea la administración municipal la que intervenga en temas contractuales y ahora cotidianos como la inseguridad y la fumigación de las zonas comunes, la cual se ha prestado para la proliferación de roedores.

“Yo compré como conjunto abierto hace 31 años, mis escrituras dicen que se tiene una puerta principal con el número 15A-47, pero nadie le para bolas a esto y aquí hacen todo lo que quieran con 1400 familias, cobran la administración habiendo una orden de la alcaldía de recuperar el espacio público. Nosotros estamos cercando unas vías públicas que pertenecen a la malla vial, no como se dice por ahí, que es para protección del conjunto”, señala el señor Gabriel Torres, quien claramente está a favor de la apertura del conjunto.

“Están cobrando por apartamento $25.000 pesos para administrar la vía pública, multiplique eso por 1.400 y si se cuenta por todo el año imagínese lo que se recauda, sin contar todo lo que son las áreas comunes de nosotros como el salón comunal, el salón Carlitos y lo que se puede hacer con ese dinero, del cual no se ve nada”, expresó Álvaro Duarte, otro de los vecinos inconformes con el encerramiento.

En el otro bando están quienes defienden la cerca que rodea a San Carlos, estas personas aseguran que la situación de inseguridad podría tornarse aún peor si se llega a desinstalar el enrejado del conjunto residencial porque los delincuentes tendrían más facilidades de acceder al lugar y lógicamente podrían atentar contra la integridad de un número de personas aún mucho mayor del que reside en este momento.

“Aquí hay un grupo de personas que quieren que se tumben las rejas pero no porque piensen en mejorar la situación de la comunidad, sino porque quieren evadir el pago de la administración y qué mejor excusa para eso que la zona se convierta en un espacio público y no privado como lo hemos conocido desde que estamos viviendo aquí, ¿Usted cree que vamos a vivir mejor si hacemos de San Carlos una zona de uso público?, atinó a preguntar Sara Foronda, habitante del sector.

“La gente no se da cuenta que el problema no es si quitan la reja o no, el problema es que en este momento hay muchas personas que deben dinero de la administración y por eso no se ha podido hacer la inversión necesaria para poder controlar los problemas que presentamos aquí, un ejemplo de eso es la cuenta de luz que debe la administración, sabiendo que eso lo tenemos que pagar todos con la cuota y en este momento nos quitaron la iluminación por ese motivo. Fuera de eso, algunos vecinos piensan que si tumban las cercas, va a venir la alcaldía a iluminar todo, incluso hasta la entrada de cada torre de apartamentos, siendo que va a iluminar si acaso las vías principales, o si no mire todo Soacha cómo está a oscuras”, dijo el señor Walter Vergara.

Según la administración del conjunto, la falta de presupuesto efectivamente ha causado que el reacondicionamiento del mismo no se pueda llevar a cabo, y todo en gran medida porque la gente debe cuotas de administración desde hace muchos años y esto, además de ocasionar atrasos, genera un déficit casi que imposible de erradicar.

“San Carlos es un conjunto con una problemática bastante complicada a raíz de que su comunidad está dividida, hay unos personajes que pretenden hacer creer a los demás que el hecho de quitar las porterías y el cerramiento desaparece la figura de la propiedad horizontal y es falso. Con o sin cerramiento, el conjunto residencial San Carlos está sometido al régimen de propiedad horizontal, regido por la ley 675 de 2001”, manifestó la administradora Sandra Sánchez.

Sánchez expresó que hasta el mes de enero de este año pudo solventar algunos gastos con los que contaba, sin embargo, de ahí en adelante las deudas son muchas, tanto así que la cartera del conjunto en este momento bordea los 900 millones de pesos y esto en gran parte, aduce la administradora, que a uno de los políticos se le ocurrió hacer una propuesta en la que asegura que regalará la cartera de los residentes, lo que por ende significará que los habitantes no paguen cuotas de administración.

“Estamos sosteniendo el conjunto con las pocas personas que pagan, pero al parecer ya se cansaron, los servicios públicos en San Carlos valen mensualmente más de cinco millones de pesos por la magnitud del conjunto y en este momento no tenemos con qué pagarlos porque la comunidad dejó de cancelar sus cuotas de administración”, afirmó Sánchez.

Lo que queda claro es que este es un litigio que no va a dejar a toda la comunidad satisfecha y que los problemas actuales obedecen a una desorganización total que a lo largo del tiempo se ha evidenciado en el proceder de varios habitantes de esta zona que, de acuerdo a las personas consultadas, se han marchado del lugar y han arrendado sus apartamentos sin ningún tipo de compromiso por el conjunto residencial, que solamente se preocupan por el bienestar personal y familiar, pero no por el bien común; lógicamente estas personas también son las que tienen que acarrear con el panorama actual y por eso exigen sin quizá saber el inicio de esta historia que al parecer no tendrá un final feliz, por lo menos hasta ahora.

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