Inclusión financiera, un propósito de Estado

Con beneplácito celebro la expedición del Decreto 2338 del 3 de diciembre de 2015 mediante el cual se crea la Comisión Intersectorial para la Inclusión Financiera. La expedición de esta norma confirma la necesidad de seguir avanzando para que la población tenga cada vez un mayor acceso a los productos y servicios financieros.


Esta comisión tendrá a su cargo funciones como orientar, asesorar y recomendar la adopción y ejecución de las medidas y políticas tendientes a desarrollar la inclusión financiera en el país; coordinar y establecer los lineamientos para el desarrollo de las actividades que adelanten las instituciones públicas y privadas, con el fin de ampliar la inclusión financiera en el país; así como recomendar al Gobierno Nacional la implementación de los mecanismos de gestión y financiación entre los sectores público y privado, en lo relativo a la ejecución de la política de inclusión financiera, entre otros.

De esta forma, la creación de la Comisión Intersectorial para la Inclusión Financiera supone la puesta en marcha de nuevas estrategias de impacto financiero y social en temas de salud y educación, entre otros, que contribuyan al desarrollo económico.
Conviene analizar además los espacios de participación que esta comisión propicia, como las subcomisiones en las que tendrán cabida las propuestas de servidores de entidades estatales, representantes del sector privado y de la sociedad civil o los comités consultivos, en los que las entidades del sector financiero y de la economía solidaria podrán formular recomendaciones en materia de políticas de inclusión financiera.

Desde la Sociedad Fiduciaria de Desarrollo Agropecuario (Fiduagraria), estamos prestos a apoyar las iniciativas que surjan de dicha comisión, a plantear las que consideremos pertinentes y a continuar respaldando las iniciativas de educación e inclusión financiera lideradas por el Gobierno y por Asofiduciarias.

Con la creación de esta comisión, los fondos de inversión colectiva también jugarán un papel fundamental, ya que pese a ser una alternativa que permite invertir y ahorrar para proyectos de vida, promover la cultura del ahorro, minimizar el riesgo total del portafolio al permitir la inversión en diferentes activos y participar en diferentes mercados, sectores y activos; aún no han logrado penetrar en algunos segmentos de la población.

Por eso, es momento de avanzar en objetivos estratégicos asociados al conocimiento, acceso y utilización de estos productos financieros en todo el territorio nacional y no únicamente en las ciudades capitales, de buscar un acercamiento de manera más asertiva y pedagógica a los clientes dispersos en nuestra geografía, así como de innovar en los canales de acceso a través de los cuales les estamos llegando.

En conclusión, la inclusión financiera debe ser pensada a largo plazo, como un propósito de país y de Estado, producto de la reflexión y el trabajo conjunto entre diferentes actores como entidades financieras públicas y privadas, entidades estatales y centros de investigación, entre otros.

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