Jóvenes de Soacha lucharán para cambiar las drogas por el arte

Tiempo libre para practicar breakdance, danza urbana, graffiti, narración oral, cuentería, fotografía y batucada de samba. Tiempo libre para gozarse el arte y alejarse cada vez más del consumo de sustancias psicoactivas, esa será la consigna de más de 70 jóvenes que buscan encontrarle un mejor sentido a sus vidas.


A través del arte se les enseña a los jóvenes que en su tiempo libre se pueden hacer cosas diferentes y productivas, ayudándoles a buscar su propia identidad, formando nuevas opciones en la que ellos vean que pueden tener un proyecto de vida y que en el no están las drogas.

Esto sucederá en la Casa de Jóvenes Con Propósito, un programa para el que la alcaldía ha destinado más de 100 millones de pesos y que atenderá a personas entre los 14 y 28 años que tienen problemas de farmacodependencia y presentan diversas sintomatologías como irritabilidad, cambios en el patrón vigilia-sueño, bajo rendimiento escolar, pérdida de apetito, bajo peso y trastornos del ánimo o afecto.

En la Casa de Jóvenes con Propósito se trabajará de lunes a viernes de 9:00 a.m. a 5:30 p.m. donde los beneficiarios junto a sus padres podrán escoger la disciplina artística de su preferencia desarrollando habilidades para la misma y de esta manera incidir frente a los imaginarios del consumo de sustancias psicoactivas.

De acuerdo con los registros del programa, en Soacha los adolescentes deciden iniciar su vida en las drogas a una edad promedio de 13 años, la mayoría de ellos con inhalantes que son sustancias que producen vapores químicos que pueden provocar un efecto psicoactivo o un estado de alteración mental, parecida al de la marihuana.

Frente a esta realidad que viven adolescentes y jóvenes, en su mayoría pertenecientes a la población más vulnerable de la ciudad, la Secretaría de Desarrollo Social, busca llevar a cabo una atención integral psicosocial en la que los jóvenes tomen conciencia del daño que las drogas le hacen a sus vidas.

Para lograrlo es necesario un proceso individual y grupal que logre desdibujar los imaginarios que tienen los jóvenes frente al consumo y fortalecer su decisión de cambio a través del manejo de sus habilidades sociales, su bienestar emocional, psíquico y la construcción de su proyecto de vida, donde no tengan cabida las sustancias psicoactivas.

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