La Educación e Inclusión Financiera como sinónimos de Paz

Sin duda varios de nosotros hemos soñado con un país en paz, en el que prime el diálogo, la confianza, la convivencia, el respeto y la tolerancia.


La firma de los Acuerdos una vez culminada la etapa de negociación y al mismo tiempo, el inicio de un largo proceso de construcción de la Paz, es la oportunidad para rescatar y recuperar estos valores, para saldar la deuda que se tiene con el campo colombiano, así como para fortalecer esa labor de acompañamiento a productores, pequeños, medianos y grandes en sus necesidades de asistencia técnica, inversión, financiamiento y en general de desarrollo.

Vivimos un momento histórico privilegiado, que no podemos ignorar, lleno de desafíos y de diseño de nuevas formas de relacionarnos como sociedad, avanzando siempre hacia un país más maduro, en el que sin sacrificar los pilares como sociedad democrática y economía de mercado, luchemos por ideales más incluyentes, superando la pobreza, el hambre y la inequidad.

Entre los beneficios anunciados al empezar a construir este proceso de paz el 2 de octubre, se encuentra un crecimiento del 20% en el sector industrial, la generación de aproximadamente 250.000 nuevos empleos en el sector agrícola y la producción de 700.000 toneladas de alimentos adicionales, como lo destaca la Ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture en su columna “El triple salto a la paz”.

También hará de Colombia un país más atractivo para la inversión extranjera, lo que significa más confianza y recursos económicos que pueden ser canalizados en torno a proyectos forestales, agropecuarios y agroindustriales, en los que desde Fiduagraria como sociedad fiduciaria jugaremos un papel importante en la atracción, administración y ejecución de dichos recursos en pro del desarrollo del campo colombiano.

En medio de este contexto, invertiremos nuestra experiencia y conocimiento en esfuerzos alrededor de Educación e Inclusión financiera como sinónimos de Paz. Herramientas potentes, sin duda, para tender lazos de construcción conjunta y de beneficio recíproco con sectores de la población que tradicionalmente han marcado distancias con la institucionalidad. En este frente, los avances en materia de digitalización de la economía y de los servicios financieros pueden servir de imán para incluir también socialmente a miles de compatriotas, de todas las edades y particularmente los ubicados en ciudades intermedias, sector rural y sector rural disperso, para convencerse de las bondades de hacer parte de circuitos financieros, económicos y sociales.

Seguiremos promoviendo también el conocimiento, el acceso y utilización de productos financieros como los Fondos de Inversión Colectiva, con el fin de lograr un acercamiento asertivo y pedagógico a potenciales clientes dispersos en nuestra geografía, lo que representa un desafío para la institucionalidad financiera en general.
Firmes en nuestro propósito de ser Semilla de Inversión, seguiremos con mística y dedicación, aportando nuestro grano de arena para que desde una perspectiva de Educación e Inclusión Financiera, la Paz que hoy empieza sea una realidad que acompañada de Prosperidad y Equidad, puedan disfrutar esta y las siguientes generaciones.

Como lo dijo el Presidente Juan Manuel Santos en su columna “La paz es el hogar de todos”, que se constituye además en ese punto de encuentro que nos permite construir y reinventar entre todos un mejor país, así como contar con un campo en el que se siembre y se viva la paz.

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