Lanchas y botes para las calles de Soacha

Aunque suena a exageración y falacia, no es descabellado escuchar a quienes dicen que ya tienen listos los botes para enfrentar las inundaciones que se avecinan en la ciudad, y más cuando apenas está culminando el fenómeno del Niño. Pero lo delicado es que en el último año a las autoridades y a la misma comunidad les quedó grande prepararse para asumir la temporada de lluvias.


Quedó demostrado con apenas un par de aguaceros que los anuncios del gobierno anterior al manifestar que las inundaciones en las calles de Soacha serían problemas del pasado, fue solo una ilusión, como lo fue la mayor parte de las promesas de campaña que hizo quien asumió la alcaldía en ese cuatrienio. La ciudad sigue con los mismos problemas de alcantarillado porque no soporta que llueva por más de media hora.

Sectores como Portalegre, Nuevo Colón, San Nicolás y Compartir, sólo por mencionar unos pocos, siguen en amenaza constante porque las obras de alcantarillado, redes y colectores nunca se han hecho bien. Claro que al decir verdad, la culpa no es solo de la Alcaldía, la EAAB o el departamento; la misma comunidad inconsciente es responsable de tapar con basura las alcantarillas y sumideros.

Aquí es necesario que el municipio de Soacha habilite y responsabilice a una dependencia que se encargue directamente de coordinar con la Empresa de Acueducto todo el mantenimiento del alcantarillado, incluyendo sumideros, pozos y alcantarillas, pero además que castigue severamente a quienes arrojen basura y escombros en las calles.

No se entiende por qué el municipio de Soacha implementa un comparendo ambiental pero ninguna de las autoridades hace algo para aplicarlo. Ni las inspecciones de policía, ni la empresa de aseo, ni la policía misma han sido juiciosas para aplicar la norma, motivo que permite a los maleducados e incultos actuar de manera constante y arrojar a las calles y parques cuanta basura, desechos y escombros puedan.

Hay que decir sin miedo que todas las administraciones municipales son culpables y han fallado en el tema ambiental y de cultura ciudadana, pero también hay que ser vehementes al afirmar que los habitantes de la ciudad no se comportan de la mejor manera en este aspecto, porque son ellos quienes arrojan basura que va a parar a sumideros y alcantarillas.

Preocupa pensar que si la ciudad colapsó con un par de aguaceros, qué se puede esperar cuando entre en serio el fenómeno de la Niña, y lo peor es que todos los afectados, que de alguna manera también son culpables, salen a grito entero a pedir ayuda a papá municipio, sin pensar que ellos también pueden ayudar a prevenir el problema.

Hay que decir que el municipio está “reventado” presupuestalmente y no va a tener con qué responder ante cientos de llamados de auxilio cuando las lluvias generen inundaciones y derrumbes. Es cierto que hay un pequeño presupuesto asignado para emergencias, pero es mínimo ante lo que puede pasar en los barrios de la ciudad.

Un aspecto a tener en cuenta son las demandas que el municipio ha perdido, motivo por el cual ha sido necesario recortar el presupuesto. Por poner y recordar sólo un ejemplo, en el año 2013 Soacha perdió una demanda por el tema de Parques del Sol y la ciudad fue condenada a pagar una indemnización de 10 mil millones de pesos, platica que perfectamente se hubiera podido utilizar en obras de mejoramiento y desarrollo. Pero lo peor es que el año pasado el Concejo recortó el presupuesto y eso se comienza a ver este año.

Ante el oscuro panorama, como se observa estos días en el cielo soachuno, al actual alcalde sólo le queda rogarle a “San Pedro” que no abra mucho el grifo en Soacha, o de lo contrario la poca plata que hay para obras habrá que trasladarla para atender emergencias y apoyar a los damnificados.

Después de la ola invernal 2010 – 2011 han pasado cinco años, pero ahora la amenaza es peor. Dicen los expertos que tal y como fue de delicado el fenómeno del Niño, así mismo llegará la Niña con sus vendavales y lluvias. Y si así van a ser las cosas, no quiero pensar que se haga realidad lo que dijo un líder de la comuna tres: “Ya tengo un bote listo para desplazarme por el barrio porque como están las cosas, al primer aguacero Soacha colapsa”.

El llamado es a que actuemos ya; como comunidad podemos ayudar a prevenir, a denunciar y a participar en brigadas que permitan destapar sumideros y pozos. Se requiere un trabajo mutuo y en equipo para que las inminentes lluvias no hagan tanto daño en esta ciudad que es la cuna de miles de personas que encontraron en ella una forma de sobrevivir.

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