Loor, loor, loor

Estamos a finales del año y aunque sea en mínima parte, debemos hacer notar los logros alcanzados por el primer empleado Municipal durante el tiempo que lleva al frente de la Alcaldía de Soacha.


Es importante hacer notar la diligencia y empeño que ha llevado en su administración y los resultados positivos conseguidos. Veamos, algunos ejemplos:

Nunca se ha permitido la venta de drogas en ningún sector, especialmente en los alrededores de la sede de la Alcaldía. La totalidad del sector urbano y parte del rural, se hallan perfectamente iluminados, por lo que no existe peligro de encontrar atracadores. Las edificaciones pertenecientes al Municipio se encuentran en perfecta conservación como, por ejemplo, la Plaza de Mercado. Las calles del centro como las de todos los barrios, se encuentran en perfectas condiciones y sin huecos en el pavimento. Se instruye a los funcionarios sobre la obligación de rendir cuentas, oportunas a la Contraloría y las fallas o irregularidades se responden de inmediato. Ejemplo de ello es el famoso IMRDS, siempre al día. El servicio del transporte es ejemplar, cuenta en su gran mayoría con vehículos de dos o tres años de uso y conductores y ayudantes con una educación ejemplar.

Se lleva un especial respeto y recuerdo por los próceres, como el General Santander, y la placa que indica su matrimonio y residencia, aparece limpia y colocada en la casa que tuvo por vivienda. A sus hijos preclaros, se les recuerda, permanentemente, y se hace alusión a ellos con frecuencia. Además, están preparándose ediciones de sus escritores, además de un sitio especial para sus bustos o retratos.

El Río Soacha no representa ningún peligro para las urbanizaciones por donde pasa, pues se han llevado a cabo todas las obras que se requieren cuando en su recorrido se incluye el sector urbano. Además, parece que en algunos sitios, habrá esclusas.
Se preparan parques en todos los barrios con instalaciones deportivas, con garantía de duración, y sin elementos que han sido propiedad de Bogotá, así como también, se efectúan reparaciones y mejoras en el Estadio Municipal de fútbol, deporte que, como hace algunos años, sigue imponiéndose en Cundinamarca y ejemplo en el país y como antaño, sus dirigentes continúan como rectores de Ligas, Federaciones y Comité Olímpico Colombiano. Seguimos siendo los comandantes del deporte en Cundinamarca y Colombia.

El Alcalde Municipal es el señor Nemocón, triunfador en las últimas elecciones tal vez, por no pertenecer simultáneamente, a dos partidos políticos como se pretendía en un sonado juicio, hace poquísimo tiempo y que, inexplicablemente, se resolvió a su favor. Las mejores obras las ha llevado a cabo el Secretario de Educación y el mejor Comandante de la Policía el Coronel Murillo, de quien no hay lugar a observación alguna.

El Municipio de Soacha no tiene deudas con nadie, pues las ha cancelado oportunamente, tal vez con el recaudo del Impuesto Predial que en su totalidad y valor se ha recaudado sin inconvenientes. Además, la Alcaldía rinde todas sus cuentas con absoluta claridad y la Contraloría nunca se las ha objetado. Lo mismo ocurre con las de las diferentes Secretarías Municipales y, además, las calles siempre están despejadas y limpias. La maquinaria de obras públicas se encuentra en permanente servicio y en los sitios adecuados. En el suministro de gasolina se lleva un control que no deja duda alguna y cualquiera la puede solicitar, sin presentar una orden especial al efecto. Los vehículos municipales solo se pueden emplear en actividades propias de la Secretaría a la que se adjudican. No hay invasión de vías públicas, ni vendedores ambulantes, ni animales por las calles. Además, a los niños nunca se les ha irrespetado y mucho menos, mediante publicidad fijada en las vías públicas. Los Bares, hoteles y cafés, poseen licencia de funcionamiento y en ninguno se ejerce la prostitución. Además, siempre se ha llevado control contra el sida y las enfermedades venéreas y los ladrones siguen presos.

De otra parte, ningún funcionario de la Alcaldía o sus dependencias ha sido recomendado por políticos para ejercer un cargo y todos tienen experiencia comprobada para ello. De otra parte, cuando faltan dineros u objetos en alguna dependencia, siempre se ha investigado y sancionado a los responsables. Recordemos aquella locución latina de Pacta Sunt Servanda.

No ha habido inseguridad en Soacha y por esta circunstancia, el señor Nemocón no tuvo que abandonar el barrio en que vivía, pues allí nunca existieron robos, atracos y gentes con vicios de todo orden. Tampoco ha existido violencia, ni él la presenció por el sector de Indumil, en un Restaurante donde almorzaba con algún amigo, la muerte de un ciudadano que tenía algún problema con otro del sector, o simplemente practicaba tiro al pichón o había ido de cacería. Cosas del destino.

No olvidó el señor Nemocón lo que decía en la instalación del Concejo Municipal cuando se refirió a «la construcción de un Plan de Desarrollo que contenga todas las necesidades del territorio, que atienda las quejas y reclamos y que respete al ser humano como el motor de toda sociedad», y lo ha cumplido a cabalidad.

Aquí está apreciados lectores lo prometido por el señor Nemocón para su gobierno como Alcalde de Soacha y, estoy seguro, que el desprevenido lector al terminar esta nota dirá: este columnista está loco, porque ha ocurrido todo lo contrario en Soacha. Y efectivamente tiene toda la razón, pero debe aceptar que estamos celebrando los Inocentes y en esta fecha, por vieja tradición la celebramos diciendo mentiras o haciendo ver que alguien, como en este caso, no cumplió lo prometido, e hizo todo lo contrario y ahora Soacha vive sin lo prometido y con más problemas que antes. Pero valga la ocasión para que no olvidemos y digamos como escribió Weber: «La función pública moderna exige en nuestros días un cuerpo de trabajadores intelectuales especializados, altamente cualificados, y preparados para su tarea profesional por una formación de varios años y animados por su honor corporativo extraordinariamente desarrollado en el capítulo de la integridad.»

Y rematemos, entonces diciendo: Pásenla por Inocentes.

joseignaciogalarza@yahoo.es

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