Nacimiento del río Bogotá: voces locales I

En el andar de conocer y reconocer nuestro territorio dejando que la naturaleza nos hable y nos de más razones para continuar trabajando en la búsqueda de la protección de los nacimientos, de los ríos y del AGUA, que sin ella no hay vida. Viajamos a Villapinzón, municipio ubicado a hora y media de Cajicá y allí conocimos a Don Vidal González, un hombre de 62 años oriundo del lugar, guardabosques municipal en el Páramo de Guacheneque, quien nos compartió algunas de sus experiencias.


¿Cuánto hace que es guardabosques?

Yo hace exactamente 21 años que estoy en la jugada del cuidado de la reserva natural, de proteger el ambiente aquí donde nace el Río Bogotá, eso es un agua donde nacen cuatro ríos en el Páramo de Guacheneque son 8225 hectáreas de reserva natural productora porque produce agua y es una agua potable, pura de las cuales nacen 16 acueductos veredales y solo uno es el que tiene planta de tratamiento, el resto no, porque es un agua que sale pura, potable que se puede tomar como lo hicimos el día de hoy.

¿Cuáles son los cuatro ríos que nacen en el páramo de Guacheneque?

Son el río Bogotá, el Río Muincha, Guanachas y el Río Paila, fuera de las 37 quebradas que nacen alrededor de la cordillera que alimentan a los ríos.El único que desemboca en el Magdalena es el río Bogotá, los otros ríos desembocan en la represa de Corpochivor.

¿Qué lo hizo convertirse en guardabosques?

Yo trabajaba como fontanero en un acueducto veredal que se construyó en el año 75, el primer acueducto que se hizo allá, estaba trabajando ahí cuando en el 92 el alcalde que era amigo del medio ambiente fundó un comité: La Nutria, en ese comité escogieron a quien serviría de guardabosques, porque nosotros tenemos que cuidar esto al máximo, y ahí fue cuando me llamaron a mí, me hicieron la prueba y salí favorecido. Segundo es porque a mí me encanta, me gusta mucho estar en esas cuestiones, estar en contacto con la naturaleza, con la fauna y yo verdaderamente lo hago con mucho amor y sobre todo por el pensar en el futuro de esta nueva generación, de todos estos niños venideros yo presiento dentro de mi corazón de cómo que ellos tendrán sufrimiento porque nosotros no cuidamos el agua. Yo aspiro que aquí los villapinzoneneses y a lo largo de la Sabana no vayan a sufrir este flagelo de la cuestión de lo del agüita.

¿Usted como habitante de Villapinzón ha notado la disminución del agua?

Desde luego que sí, en primer lugar, lo uno por la tala indiscriminada e incendios que hicieron en las altas montañas y lo segundo de la frontera agrícola que estaban metiéndose mucho a los nacimientos y ahí poco a poco fueron destruyendo con esos recursos hídricos, fueron acabando con esos humedales y obviamente hace más o menos 35 años desde que yo me conozco que era cuidandero del alto de Santa Bárbara hicieron una deforestación e incendios y la verdad se alcanzó a mermar el agua. Por eso ahora el río Bogotá es casi un caño, porque de todos esos recursos hídricos que habían allá que eran las esponjas hídricas que botaban el agua, las fueron acabando poco a poco y se alcanzó a mermar el agua. Pero yo tengo confianza y si Dios quiere que de aquí a unos 20 años como me lo dijo un sacerdote indígena de la Sierra Nevada, que llegó a bendecir esa laguna en 1997 y me dijo: Vidal, usted va a ver esa laguna de aquí a unos 20-25 años si Dios te da vida casi como era 100 0 200 años atrás.

¿Usted sabe qué profundidad puede tener la laguna donde nace el río Bogotá?

Mire sumercé lo digo y no es mentira lo que les estoy comentado: esa laguna no tiene fondo según estudios geológicos, porque en el 2011 fue cuando unos señores geólogos estuvieron allá , que por qué era que estaba haciendo desastres a lo largo de toda la sabana, en Cajicá, Chía, por allá donde crece el río Bogotá, entonces ellos llegaron 20 días antes de la tragedia que sucedió, vinieron y en tres sitios estaba saturando muy fuerte, entonces ellos dijeron en el noticiero muy claritico que no habían conocido laguna tan grande y tan subterránea como la laguna de Gacheneque en Villapinzón, porque esa laguna cuando ruge, ruge todos los años en abril y mayo donde nace el río Bogotá ahí revienta. Yo lo digo porque una vez, y pueden preguntarle al doctor Sabatier Barrero y el doctor Diego Bravo, que ellos un domingo a las 7 a.m. estuvieron allá cuando pegó la estampida y rugió y reventó el agua subió como 20 metros en el aire y después plasmó. Eso se hace una herida donde revienta, pero después las algas tapan esa cuestión.

Me sorprendió que cuando hablaba con su hijo Jorge, ¿Que usted es el único guardabosques para cuidar el nacimiento del río Bogotá?

Sí, porque la verdad, acá no hay una persona competente, capaz, que le meta tanto amor, como me dijo un pastuso: “es que a la naturaleza hay que tenerle mucho amor”, entonces para mí por lo menos le estoy dando ese gesto de trabajo al hijo mío porque sé que le gusta y sé que él quiere seguir el ejemplo del taita.

Don Vidal ha tenido la oportunidad de conocer la desembocadura del río Bogotá en el Magdalena? ¿Qué pensó y qué sintió cuando conoció como estamos entregando el río Bogotá?

Para mí es un desastre, allá donde desemboca, ahí desde el Tequendama no más, es una tristeza, de ver esa agua cristalina pura que nace allá en el nacimiento, y para verla uno eso ya es muerte, allá no hay vida, aquí fluye la vida, fluye el agua, hay vida, hay pureza y no hay ninguna contaminación de nada. Pero allá es una lástima y es un pesar, ahí donde desemboca los pececitos se mueren, el agua se contamina, como cuando usted le echa un poco de café a la leche, eso es tristeza, muerte sinceramente allá en ese sitio.

Espere mañana una segunda entrega de esta entrevista, en donde se hablará de la riqueza de la laguna Guacheneque.

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