¿Para qué sirve el comparendo ambiental en la comuna cinco?

Sin importar cuántas veces se recojan los escombros, los desadaptados siguen arrojando desechos a la calle 36 de San Mateo, perjudicando a los habitantes del conjunto residencial Arboleda II de la comuna cinco. Pero preocupa más aún la nula reacción de la Inspección de Policía que poco y nada hace para evitar que las vías se inunden de esta clase de materiales.


Recientemente se llevó a cabo un debate en el Concejo municipal en donde se hicieron fuertes críticas al Gobierno nacional y a las constructoras que de manera irregular se empecinan en vender viviendas sin ningún tipo de consideración. Sin embargo, uno de los efectos silenciosos que acarrea la construcción de vivienda en el municipio es la acumulación de escombros en la vía pública, muchas veces fruto de los mismos proyectos urbanísticos.

Una prueba fehaciente de ello es la constante proliferación de escombros en la calle 36 de San Mateo, vía que se ha convertido en la zona predilecta de los delincuentes ambientales que, aprovechándose de la poca autoridad municipal y de la nula participación de la inspección de policía para sancionarlos, disponen de sus escombros de tal manera que en varias semanas cientos de montañas de piedras y desechos pueden acumularse sin que casi nadie se inmute ante ello. Solo la acción de unos pocos vecinos del sector, que al sentir esta incomodidad, se disponen a emprender una recolección manual de estos desechos, pero que al final resulta insuficiente ya que puede más la maldad del delincuente que la voluntad de la comunidad y el poco esfuerzo de las instituciones.

“La gente que recoge escombros siempre viene y nos los bota acá en la vía, y a pesar de que a veces viene la máquina a limpiar, al rato llegan ellos y otra vez ensucian todo. Lo que yo veo como propietaria de una vivienda es que hay también falta de compromiso de los vecinos porque la única que pelea soy yo, de resto nadie sale a decir nada y después sí se quejan porque nadie viene a recoger toda esa piedra y basura que dejan aquí”, expresó la señora Luz Dary Guzmán, residente del conjunto residencial Arboleda II.

“La última vez que vino la máquina fue hace como un mes y nosotros hemos estado pendientes de que no arrojen escombros, a pesar de eso es muy difícil estar a toda vigilando porque también tenemos nuestras cosas que hacer, fuera de eso la policía hace sus patrullajes y a veces funciona, pero cuando no, es muy complicado porque cualquiera hace lo que quiere”, dijo Andrés Montoya, habitante de la zona.

Adicionalmente, hay que decir que esta situación también ha generado problemas de convivencia, ya que ha habido casos en los que los delincuentes han amenazado a quien de forma valiente ha acudido a hacerles algún tipo de reclamo. En consecuencia, esta clase de conductas alimenta el temor y la indiferencia de la gente, que prefiere salvaguardar su vida a tener que arriesgarla inútilmente por cuenta de la recolección de escombros.

“Un señor de un bicitaxi estaba acostumbrado a botar todo el escombro que podía, mi esposo fue a hacerle el reclamo y el tipo sacó un machete para agredirlo. Afortunadamente venían unos policías en moto y ellos llamaron al cuadrante de acá para hacerle recoger el escombro, pero sinceramente hemos tenido muchos problemas debido a que la policía no puede estar en todo momento”, complementó la señora Blanca.

En algo que coincidieron las personas afectadas es en que las autoridades municipales y policiales implementen estrategias para que este problema no persista. Para ello proponen más operativos con el fin de aplicar el comparendo ambiental e incluso también plantean la posibilidad de implementar acciones preventivas como por ejemplo la instalación de una valla o un pendón en donde se explique las sanciones que deben pagar quienes arrojan escombros y basura en el sector, lógicamente acompañados de los operativos de la policía.

“Hay veces dos o tres vecinos nos apoyan, pero es ocasionalmente. En cambio la indiferencia de la demás gente es total porque no es algo que los afecte directamente, o al menos no lo ven así. Yo pensaría que también la policía debe estar más pendiente porque muchas veces ellos pasan y hacen caso omiso del problema; otra opción es que traten de motivar a la gente y que se le haga caer en cuenta que la vía es de todos y por lo tanto hay que hacerla respetar”, concluyó Marcela Ramírez, habitante del conjunto residencial.

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp