Una voz que se apaga, pero un legado que vive en Soacha

Con nostalgia en sus palabras y con una mirada hacia el cielo a manera de recordación, los habitantes de barrios como Villa Esperanza en Soacha, recuerdan que hace más de 20 años el humedal Tierra Blanca era una joya ecológica y un sitio para conectarse con la naturaleza, y que don Benedicto fue una de las primeras personas que lo protegió.


benedicto_2.jpg

Olga Acosta, residente del sector recuerda: “Cuando llegué a esta zona se podían ver aves, patos, aves migratorias, pero con el paso del tiempo y la falta de sentido de pertenencia de la gente se deterioró”.

Así mismo, Sofía Camacho, del barrio Compartir La Isla, hoy hace memoria y asegura: “veíamos el espejo de agua, uno llegaba a este punto y se ubicaba sabiendo que había pasado por Soacha, era una zona limpia.”

Estas personas, saben que aquí donde hoy se encuentra el humedal Tierra blanca, hubo vida, hubo agua, animales y funcionaba un riñón importante que mitigaba los riesgos y condensaba el agua de manera natural. La vida del Tierra Blanca, también era compartida con estos vecinos, unos más comprometidos que otros, pero sin duda, uno que trabajó por más de 30 años protegiendo y dando lo mejor de sus fuerzas para cuidarlo, fue Benedicto López o Don Benedicto, como lo llamaban sus vecinos, era un hombre que tenía claro el valor ambiental de este humedal.

Como el mismo decía: “El humedal Tierra Blanca era un lugar para escaparse, un lugar que desde hace más de 40 años ha estado aquí y nos ha acompañado, por eso hace parte de nuestras vidas, de nuestro territorio».

Don Benedicto era un hombre muy conocido por la gente de la comuna 2 en los barrios La Cañada y Camilo Torres. Todos sabían que era un líder incansable de las causas ambientales, y mucho más cuando hablaban del Tierra Blanca; él era el primero que salía a defender y trabajar por este espacio que necesita más que un par de manos trabajadoras para salir adelante, necesita de toda su comunidad.

Nohora Molina, trabajadora social de la CAR Cundinamarca en Soacha, reconoce a este personaje: “Definitivamente él era un apasionado por los temas ambientales, en especial por los ecosistemas de su región, y por eso contábamos con su participación y discurso ameno, ejemplar para recuperar el humedal Tierra Blanca y el río Soacha. En cada evento, jornada, mesa, capacitación, encuentro, fuera cual fuera, siempre estaba allí, apoyando con su sabiduría los temas de Soacha, pues llevaba toda la vida aquí y tenía el municipio en su corazón, conocimiento y acciones».

Hoy hablar de él parece ser cosa del pasado, pues hace apenas unos días falleció víctima de una enfermedad que le aquejaba y que logró al final, apagar su vida, pero que como un legado y antorcha para los suyos, seguirá muy vivo en sus corazones.

Benedicto participaba, hasta donde sus fuerzas se lo permitieron, muy activo en la estrategia de recuperación del humedal Tierra Blanca, uno de los grandes propósitos de la CAR Cundinamarca en Soacha, el cual tiene como fin la reconformación hidrogeomorfológica y el paso a ver un humedal recuperado en su zona de ronda. El trabajo es ambicioso porque no termina allí, pues en la zona se tienen identificados 256 humedales más.

La Fundación Tejiendo Hilos de Agua y Tierra – TEHATI, que lidera el trabajo social junto con la Autoridad Ambiental en este humedal, también lamentó el fallecimiento del señor Benedicto López, y lo catalogaron como un guardián y amigo de los ecosistemas del municipio de Soacha, una persona que compartió su experiencia y conocimiento con quienes estaban dispuestos a escuchar.

Diana Cruz, quien a través de la Fundación, lo recuerda: “Sin duda un hombre que luchó por el tema ambiental, él me acercó a la realidad ambiental del municipio, fue pionero del Consejo Ambiental de Soacha y de iniciativas como los primeros Comités Técnicos Interinstitucionales de Educación Ambiental – CIDEAS, y a través de CorpoNeuta hace muchos años, lograron la declaratoria de Áreas importantes para la conservación de las aves – AICA, que sólo la tiene gracias a su trabajo en el humedal Neuta, además de conformar el equipo que elaboró el libro Soacha Biodiversa con la flora y fauna del municipio, toda una hoja de ruta y legado para nosotros».

Y es que tomar la bandera del medio ambiente para él fue tan en serio que, en la década de los noventa junto con otros ciudadanos, llevaron ante los tribunales la causa por la defensa de los humedales Neuta y Tierra Blanca.

Hoy sólo hay palabras de agradecimiento para aquellas personas que como Benedicto López se suman a la defensa del medio ambiente, en este caso específico, Don Benedicto, una lucha por la historia y el valor e identidad de la comunidad frente a este humedal. No habrá mejor regalo y homenaje a su trabajo que perpetuar su conocimiento y pasión por la madre tierra, esa misma que hoy lo acoge para fundirse con ella y agradecerle, porque en vida la protegió con amor y entrega. QEPD.

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp