¿Y qué del carril de Transmilenio?

Definitivamente Soacha está a años luz de conocer el significado de identidad, amor, civismo, cultura y sentido de pertenencia. Nadie se apropia de lo que es nuestro, nadie siente la ciudad, nadie cuida, nadie lidera, nadie asume. Sin embargo, lo preocupante es que todos piden, muchos destruyen y no hay autoridad alguna que ponga orden.


Uno de los tantos aspectos que podemos analizar de esa falta de pertenencia e identidad es lo que está pasando los domingos y días festivos con la invasión del tráfico mixto a uno de los carriles de Transmilenio. Si bien es cierto es una empresa público privada, de la cual el Distrito tiene buena parte de las acciones, es un sistema que llegó a Soacha para ‘facilitar’ el desplazamiento de los miles de habitantes que requieren trasladarse diariamente hasta Bogotá.

Es cierto y no voy a contradecir la realidad, Transmilenio llegó a medias a Soacha, sin una planeación adecuada y con un servicio de tercera que da vergüenza, luego de más de diez años de lentos trabajos, corrupción y manejo de intereses politiqueros. No hay alimentación, las estaciones son muy pequeñas, la frecuencia de los buses no es la adecuada, la construcción de los puentes es lenta y las autoridades encargadas de cuidar la infraestructura poco hacen por cumplir su misión.

Pero lo anterior contrasta con la actitud y el comportamiento de los usuarios. No quisiera utilizar ciertos adjetivos, pero creo que hay que ser claros para que las cosas se entiendan. Al ingresar a cualquiera de las cuatro estaciones de Soacha pareciera que en vez de personas (en el buen sentido de la palabra), el sistema fuera utilizado por vándalos, destructores, gamines, incultos y por todos aquellos que creen que lo público es para destruir y acabar. Da vergüenza que sólo nueves meses después, el 80% de las puertas de las estaciones estén completamente inservibles, incluso ya se robaron algunos tubos ubicados como descanso para los usuarios. Pocos cuidan, a nadie le duele y todos reclaman. ‘Buen primor’, dicen por ahí.

Las autoridades encargadas de cuidar la infraestructura tampoco se salvan. Se supone que el personal de Bogotá Humana, los celadores y supervisores, y la misma Policía, están para proteger a los usuarios y controlar a aquellos vándalos y destructores que quieren acabar todo, pero pareciera que se la pasan durmiendo porque nunca ven quiénes son los responsables de destruir las estaciones; no sé si es que las cámaras de seguridad no sirven, porque nunca he escuchado de seguimiento alguno para detectar a los culpables.

De todo lo anterior se rumora mucho. Los pocos que quieren a la ciudad, que se identifican con sus instituciones, con su gente y con su infraestructura, reclaman una y otra vez, pero no son escuchados. No obstante, hay otra parte del sistema que se está destruyendo poco a poco y de eso nadie habla: se trata del carril que todos los fines de semana y festivos es invadido por el tráfico mixto que ingresa a Bogotá, y que también pertenece a la infraestructura de Transmilenio.

Son algo más de tres kilómetros de lozas que se construyeron exclusivamente para ser utilizadas por los articulados, como en Bogotá, pero que desde enero pasado tienen una alta carga de vehículos de todo tipo.

A esos genios de arriba (Gerencia de Transmilenio, Distrito, Gobernación, Ministerio de Transporte y Policía) con el aval de la Alcaldía municipal, se les ocurrió en enero pasado que a Soacha había que seguirla tratando como la ‘cenicienta del paseo’. No se conformaron con cerrar la autopista los domingos y festivos, sino que además había que ‘invadir’ uno de los carriles del sistema para favorecer a los viajeros de Bogotá, porque al fin y al cabo, quien tiene que hacer el mantenimiento de las losas, es municipio de Soacha. ¡Pobre mi pueblo!, dicen los poquitos que sienten dolor de patria.

Ese carril lleva casi nueves meses soportando tanto tráfico, el mismo que ya en varias partes muestra fracturas y que en poco tiempo serán enormes huecos. Y saben ¿qué es lo peor? Que nadie dice nada, incluyendo a los señores de la Alcaldía municipal.

Pregunto: Si el presupuesto para reparar las losas sale del municipio, ¿Por qué el Alcalde y el Director de transporte se quedan callados y permitieron que ese carril se utilice al antojo de las autoridades distritales, departamentales y nacionales? ¿Dónde están los concejales de Soacha que no se manifiestan al respecto? ¿Cuál es la posición de los líderes políticos, cívicos y comunales? ¿Por qué seguimos permitiendo que nos traten como el patio trasero de Bogotá?… Y podría seguir preguntando, pero la verdad no creo que encuentre respuestas coherentes.

Desde este medio de comunicación hacemos un llamado a toda la comunidad de Soacha, a sus autoridades, a los gremios, a las organizaciones, a los usuarios y no usuarios del sistema, a que nos manifestemos pacíficamente frente a estas irregularidades y atropellos que cometen quienes no viven ni sienten el municipio.

Creo que es la hora de despertar, de manifestarnos y decir que estamos vivos, y que a pesar de las circunstancias, queremos a un municipio golpeado por todos los problemas sociales del país, pero que al fin y al cabo es donde vivimos, donde hemos visto crecer a nuestros hijos, donde algunos trabajamos, y lo más importante, es la Soacha que llevamos en el corazón. Identidad, amor y pertenencia: tres propósitos que todos debemos alcanzar.

Buen primor…

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